El Hombre que se Escapó a una Realidad Eterna.
“La Invención de Morel” de Adolfo Bioy Casares.
·
Crítico: Juan Pablo Dacca.
Este texto hablará del libro “La invención
de Morel” escrita por el autor Adolfo Bioy Casares. Nació en Buenos
Aires el 15 de septiembre de 1914. Desde muy joven se dedicó a la literatura, y
con la publicación de "La invención de Morel" en 1940, comenzó una
prolífica carrera literaria que abarcó cuentos, novelas, ensayos, diarios y
colaboraciones con su esposa, la escritora Silvina Ocampo, y Jorge Luis Borges.
Fue nombrado Caballero de la Legión de Honor, y durante su vida, ha recibido
varios premios. Finalmente, este reconocido autor argentino falleció en Buenos
Aires el 8 de marzo de 1999.
En “La invención de Morel” un fugitivo llega a
una isla supuestamente desierta. Pero con el correr de los días comienza a ver
personas con enigmática procedencia, con la que intenta interactuar. Sin
embargo no sabe si está alucinando, si en realidad está muerto y comparte el
espacio en distinto ámbito temporal con esa gente, o si simplemente aquellas
personas están realmente allí.... todo es un gran enigma que finalmente se resolverá,
puedo decir, de la manera más impensada, sobre todo por la época en donde se ha
escrito.
Adolfo Bioy Casares nos presenta un
personaje en situación límite, que comparte sus días con el lector a través de
un diario, expresando sus sentimientos día tras día, con la esperanza de que en
un futuro alguien lo leyera. En mi opinión, esta forma con la que el
protagonista se dirige a los lectores, le da el toque característico al libro.
Nos permite sumergirnos en el punto de vista de este personaje, logrando que no
solo el protagonista, sino todos los lectores, intenten descifrar lo que estaba
sucediendo, según las pistas y el lenguaje ambiguo que nos presenta en su
diario personal.
Esta obra
fue escrita en 1940, una época donde era impensada la existencia de máquinas e
inventos tecnológicos, como es el caso del creado por Morel. Hoy en día, el
nivel narrativo de esta historia sigue siendo intradiegético, sin embargo, es
mucho más creíble que en aquellos tiempos, gracias a las altas tecnologías que
se nos presentan en la actualidad. La genialidad de este punto, aumenta aún más
las opiniones positivas respecto el libro.
En
conclusión, es un libro muy bueno e interesante, donde se nos presentan
implícitamente un montón de aspectos psicológicos y emocionales presentes en
las personas. No dudo ni un solo segundo con los dichos de Jorge Luis Borges
sobre esta obra: “He discutido con su
autor los pormenores de su trama, la he releído; no me parece una imprecisión o
una hipérbole calificarla de perfecta”. Sin embargo, quiero destacar que se
me hizo muy difícil seguir la lectura con tal lenguaje con el que está escrita
la novela, aunque si es verdad que gracias a ella, el libro recibe cierta
mística que pocos libros tienen.
Otro
aspecto que desearía destacar, es que bajo mi característica crítica cristiana
la cual me representa, no es de mi agrado la forma en la que el autor quiso
representar “la eternidad”, siendo Cristo la verdadera fuente y camino de vida
eterna. Esta reconocida novela podría ocasionar una gran desinformación y
equivocación a los lectores de lo que verdaderamente importa en la vida, de lo
que verdaderamente pasa y de cómo se podría alcanzar la eternidad; y más aún
cuando la obra es leída por adolescentes, donde están en profunda búsqueda de
su sentido de la vida. Bajo mi punto de vista, me parece inoportuno que una
persona que sigue buscando una cosmovisión del mundo y de la realidad, lea este
libro. No obstante, me pareció un muy buen libro, que te puede dar horas de una
entretenida lectura tratando de descubrir el desenlace de este interesante
libro. Lo recomiendo leerlo siempre y
cuando se lo tome como una fuente de entretenimiento y no una visión del hombre
y del mundo.
Puntuación: 3/5
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