La
Infelicidad de la superficialidad.
“Las
Chicas de Alambre” de Jordi Sierra I Fabra.
Juan Pablo Dacca.
En este interesante escrito de Jordi
Sierra I Fabra, llamado “Las Chicas de Alambre”, trata de un periodista de
investigación, Jon Boix, que recibe el cargo de descubrir qué ha sucedido con
la modelo desaparecida del grupo llamado las “Wire Girls”. Su grupo se llamaba
así debido a su extrema delgadez, resultado de las presiones y exigencias del
mundo de la moda. Vania, la modelo más importante del grupo, al estar sometida
a mucha presión social, decide despedirse y no dejar rastro de su vida.
En este texto de opinión, hablaré
sobre la presión social en las personas, las desventajas de la superficialidad,
el “lado oscuro” de la moda, y la infelicidad que te traen las cosas
materiales, ¿Cuál es la mejor forma de impedir que la infelicidad llegue a tu
vida?
Para empezar, definamos qué es la
presión social: “La presión social es la influencia que ejercen las personas o
grupos sobre un individuo para que adopte ciertos comportamientos, opiniones o
actitudes que se alineen con las normas o expectativas del grupo”. En nuestra
sociedad, esta presión se ejerce en muchas personas, directa o indirectamente,
para todo tipo de edad, sobretodo la juvenil.
Al vivir en una sociedad
materialista y consumista, se nos hace fácil encontrar muchos casos de presión
social. Las personas suelen buscar el agrado de los demás, lo que no es del
todo bueno, porque te puede llevar a hacer cosas totalmente dañinas y malas
para tu vida y alma. Generalmente, se ve está presión social reflejada en la
adicción a las drogas, cambios de apariencia, de gustos, de personalidad, y en
tantas otras cosas.
Es curioso, porque todos los humanos
estamos llamados a ser felices, pero lamentablemente, las personas son
engañadas con la felicidad falsa y momentánea. La felicidad se encuentra con
las cosas que nos “humanizan”, las cosas que nos ayudan a ser más “nosotros
mismos”, no aquellas que nos hacen ser más “la otra persona”. El problema está,
en que la sociedad de hoy día, es materialista y súper consumista, lo que está
como estatus y predominado escapar de tus problemas con las adicciones, vicios,
peleando en el boliche, o incluso lastimándote o el suicidio. Y esto se
complementa con la presión social, porque si uno está buscando ser más “la otra
persona” y no ser más “uno mismo”, se estaría aferrando a una sociedad de una
magnitud y de valores totalmente corruptos y mundanos, aprendiendo e
imitándolos, logrando una cadena interminable de infelicidad y desgracias en
las personas.
Esto mismo pasa en la novela “Las
Chicas de Alambre”, donde Vania y las Wire Girls, se ven sometidas a una
presión social inmensa, el cual las engaña con una felicidad falsa y mundana,
donde la dimensión de la persona es simplemente estar linda y delgada.
Claramente la profundidad del ser humano es muchísimo más que eso, lo que si se
centra tu vida en tópicos materialistas y superficiales como en este caso, no
vas a poder enfrentar tus problemas, metiéndote en drogas, adicciones y vicios.
Además, la vida de estas tres modelos, logra una idolatría en la sociedad,
engañando a las personas que con cosas superficiales lograrás una vida perfecta,
introduciendo a todos sus admiradores a la misma mentira en la que ellas
cayeron.
Está claro, que es muy difícil no
entrar a este juego engañoso de la presión social, todos alguna vez caímos en
esto. Sin embargo, no es imposible impedirla. Si te tuviera que dar un consejo,
te diría que simplemente ames, pero no a los objetos, la moda, el fanatismo, el
dinero y las cosas materiales en sí, sino en cambio, ama a tu prójimo como a ti
mismo, ama el mundo afectivo y espiritual, ama todo lo que te hace plenamente
bien, que a fin de cuentas, es con lo único que te quedarás cuando termines tu
mundo terrenal. La clave, está en el amor a Dios, Él es el sentido último de la
vida, el único que puede cubrir ese lugar de dios que a veces lo tapamos con
estas cosas materiales y consumistas. Jesús es el único que le da sentido a la
vida, dándonos felicidad y “humanizándonos”. Es Él el que llenará toda tu alma
y saciará tu sed. “¿De qué sirve que ganes el mundo, si terminas perdiendo tu
alma?”.
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