La Incógnita Envidia
“La
Intrusa” de Jorge Luis Borges
Por
Juan Pablo Dacca
“La
Intrusa” escrito por Jorge Luis Borges, es un cuento que trata de dos hermanos,
de apellido Nelson; sin embargo, se les hace llamar como los hermanos Nilsen. Un día, Cristián, el
mayor, lleva a una mujer a vivir con él. Juliana es una morena de ojos
rasgados, bonita y siempre sonreída. Pronto Eduardo, el hermano menor, se da
cuenta de que está enamorado de la mujer de su hermano. Cristián percibe la
atracción hacia Juliana que se le genera a su hermano menor. Y una noche, cuando
se iba de fiesta y le ofrece a su mujer: “si la querés, usala”. A partir de ese
momento los dos hombres la comparten. Aun para los arrabales esa relación
“ultrajaba las decencias” y es considerada una “sórdida unión”.
Los hermanos comienzan a discutir por una variedad de
razones; nunca nombran a Juliana, pero está claro que ella es la fuente de su
rivalidad. En una ocasión, un conocido felicita a Eduardo por Juliana; este
cumplido claramente pretende burlarse de Cristián, el hombre que trajo a
Juliana a casa, situación que Eduardo no tolera. Después, ambos deciden
venderla a un prostíbulo, con el fin de acabar con los conflictos. Sin embargo,
pronto descubren que ambos van al burdel para estar con ella y traerla de
vuelta a casa. Una tarde de marzo, Cristián le pide a su hermano que lo
acompañe a dejar un poco de cuero. Por la noche, llegan a un campo de hierba, y
Cristián le informa a su hermano que están allí para deshacerse del cuerpo de
Juliana. Cristián le dice a Eduardo: «Se queda aquí con su ropa, ya no tendrá
prejuicios». Y finalmente, los dos se abrazan.
En primer lugar, tenemos el
funcionamiento de un rumor. Tal y como dice Pérez Bernal sobre el cuento, se
nos presentan los tres tipos de discursos: "Esto permite un cierto grado
de dialogismo, donde los puntos de vista tanto de los hermanos como de los
informantes y del narrador, alternan, permitiéndole al lector examinar los tres
discursos, las visiones del mundo y los ideologemas que conllevan para asumir
la postura que le parezca más conveniente". Los "chismes" son,
entonces, fragmentos y mezclas de lo que supuestamente se dijo, lo que se cree
que se dijo, y lo que se opina acerca de lo que supuestamente se dijo o se cree
que se dijo (y/o hizo).
Y por otro lado, Borges nos presenta,
y se pone en intertextualidad, con el pasaje bíblico de Caín y Abel. Esta
historia trata de los dos hijos de Adán y Eva, que rotos por la acción del
pecado sobre el humano, Dios busca reconciliarse con ellos a través de un
sacrificio que le realicen. Abel por su parte, le da a su Señor una ofrenda muy
valiosa para él; en cambio, Caín le ofrece un sacrificio por menor a Dios, disgustándole
a este Último su ofrenda. El hermano mayor, es decir Caín, se enoja con la decisión
del Creador del universo, y decide matar a su hermano menor que obtuvo gracia
delante de Dios.
En este cuento de Borges sucede algo
similar. Juliana se convertiría en la “intrusa” que generaría conflicto entre la
amistad de los hermanos. Sin embargo, Borges propone un final distinto: Cristián
y Eduardo no deciden matarse entre ellos, al contrario, deciden cortar el problema
de raíz y matar a esa intrusa que impediría la buena relación entre ellos.
Ahora me queda pensar: ¿Realmente
fue así la historia como nos la dice el narrador borgeano? ¿Qué de todo es
verosímil respecto a los 3 tipos de discursos? Yo solo pienso (y no me queda
con qué no pensar) que si en la Biblia te proponen un caso de tales magnitudes,
como lo es la historia de Caín y Abel, y que por naturaleza humana la envidia
gana los sentimientos intrínsicamente del humano, no me queda con qué creer que
realmente Cristián y Eduardo no cayeron en la misma trampa para repudiarse entre
ellos. ¿Es acaso posible que estos hermanos hayan podido ganarle a los celos y
a la envidia sin la ayuda divina? Yo no lo creo.
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