Dualidad Borgeana en la Oculta Repugnancia - "Emma Zunz" de Jorge Luis Borges.

 

Dualidad Borgeana en la Oculta Repugnancia

Emma Zunz” de Jorge Luis Borges

Por: Juan Pablo Dacca.

 

Jorge Luis Borges fue un autor mundialmente reconocido por haber divagado en distintas temáticas, y su escrito en “Emma Zunz” no es la excepción. En este relato, existen diversos recursos borgeanos que conforman una historia tanto visual y superficial como oculta. A continuación, analizaremos los hechos narrados con el fin de obtener una entera comprensión de ellos, haciendo énfasis en las dualidades expuestas y la historia que oculta en el trasfondo de los hechos.

Los hechos se sitúan en 1922, Buenos Aires, en un ambiente y época donde los judíos (como lo es la protagonista), no eran tomados en serio. Luis Borges nos presenta una joven débil, introvertida y tímida, del mismo nombre que el título del relato, quien tras enterarse de la muerte de su padre, decide hacer justicia por mano propia contra el supuesto culpable.

La historia pone en juego una dualidad peculiar y sospechosa; pues pone en contradicción la personalidad de Emma. ¿Es acaso posible que la joven de 18 años sea tímida, vulnerable y débil, mientras que a su vez sea repugnantemente fuerte, hábil, supersticiosa, vengativa y astuta, como si las primeras características de ella no tuvieran validez? ¿Es acaso un cambio natural o hay algún móvil que la hace oscurecer, florecer, mutar o realizar su metamorfosis? ¿Se puede decir que “ya era la que sería”?

En primera instancia, se puede notar la presencia de los recuerdos borrosos en la memoria de la protagonista, quien rememora, entre tantas otras cosas, unos amarillos losanges de una ventana en la casita de Lanús de su infancia, y los recuerdos de un robo que perjudicaría completamente a su padre siendo acusado como el causante de este hecho.

Emma al recibir la noticia proveniente de Feino Fain sobre la muerte de su padre, deduce que se ha suicidado, aunque sin embargo, el relato del acontecimiento dice explícitamente que el señor Maier (su padre) “había ingerido por error una fuerte dosis de veronal y había fallecido”. Ella deduce esto debido a que no pudo soportar el oprobio de su acusación. Aquí es donde la joven decide vengarse de alguien relevante para la historia: Aarón Loewenthal, el jefe de su trabajo. Pues el padre de ella, Manuel Maier (antiguamente llamado como Emanuel Zunz), le aseguró que el verdadero ladrón del robo cuyas consecuencias la joven tuve que enfrentar en su infancia, fue Aarón. Ella concluye que el “suicidio” de su padre fue causado por los hechos ulteriores relacionados con el ladrón. Es aquí que planea realizar un plan morboso contra Loewenthal.

Es en este momento, que vuelvo a reiterar la dualidad que nos plantea Jorge Luis Borges. Es a partir de este suceso, que Emma se convertiría en la que sería. Aquí se realiza el planteo del “yo y el otro yo”. Emma ya no sería la que era antes, este hecho la cambiaría completamente en cuanto a lo actitudinal y su ser.

Si bien sabemos que el escritor Borges era agnóstico, utilizaba elementos que eran muy característicos suyos, uno de ellos relacionado con el judaísmo, la “Kabbalah”, una ciencia mística dentro de esta religión. Esta se centra en la interpretación esotérica de la Torá y otros textos sagrados, donde tornaría cierta importancia la numerología. El relato nos plantea ciertos números que podían contener un profundo significado: en primer lugar, sabemos que desde 1916, la protagonista Emma guardaba el secreto de la traición de Aarón Loewenthal a su padre. Por un lado tenemos el número “16”, que según la Kabbalah, indica la necesidad de encontrar el equilibrio y la armonía en medio de situaciones difíciles. Esto tendría sentido, porque en lugar de explotar y vengarse en su momento, guardo la tranquilidad de la situación y se lo conservó para ella misma. Y por otro lado, tenemos el número “19”, que también tendría cierta relevancia al saber que dentro de poco, Emma hubiese cumplido diecinueve años. Ahora bien, según esta ciencia judía, este número se asocia con la energía de la transformación y la renovación. Esto se asocia con este gran cambio en su personalidad del que estoy hablando en este texto, su gran transformación a su “otro yo”.

Sabemos a su vez, que el nombre “Emma Zunz” tiene su significado en lo profundo de su interior: ambos tienen dos letras repetidas, la “m” y la “z”, lo que podría significar desde un principio que la protagonista contiene en su ser dos personalidades. Y también sabemos que el nombre “Emma” simboliza a la fuerza y el poder. ¿Es acaso lógico que una persona que debería ser fuerte y poderosa, sea débil y vulnerable? Quizás, el suicidio de su padre despertó su verdadero “yo”, no tanto a una mutación, sino a su propia metamorfosis, a ser realmente lo que ella sería.

Ya sabiendo todo esto, me gustaría destacarles otra dualidad que nos plantea Jorge Luis Borges. Ante esta situación de repugnancia, Emma organiza un plan para vengar a su padre de Aarón. Para esto, se permitiría a romper una de sus características anteriores: el temor patológico a los hombres. Decidiría acostarse con un hombre desconocido, con fines de poder acusar a Loewenthal de haberla abusado. Pues “La historia era increíble (…), porque sustancialmente era cierta. Verdadero era el tono de Emma Zunz, verdadero el pudor, verdadero el odio. Verdadero también era el ultraje que había padecido (…)”

Cuando se encontró con ese hombre con el que se acostaría, “El hombre la condujo a una puerta y después a un turbio zaguán y después a una escalera tortuosa y después a un vestíbulo (en el que había una vidriera con losanges idénticos a los de la casa en Lanús)”. En uno de sus pocos recuerdos borrosos de su infancia, rememoraría esos amarillos losanges de una ventana en la casita de su infancia. A partir de esta cita, el lector logra comparar ese recuerdo con el lugar donde Emma está por ser prostituida, para así darse cuenta de que, en realidad, es exactamente el mismo lugar. De hecho, durante el acto depravador, ella no puede dejar de pensar acerca de lo acontecido hace mucho tiempo atrás: su madre había sido abusada sexualmente por el padre de la protagonista en ese mismo lugar. Es aquí que a Emma, se le activa otra parte de su personalidad. Ahora, no solamente quiere vengar a su padre, sino también vengarse de su padre, y de todos los hombres que provocaron sufrimiento en las mujeres.

En conclusión, el asesinato de Aarón Loewenthal, es consecuencia a una serie de capítulos desordenados de la joven Emma. Su transformación a ser ella misma, a vengar a su padre, y desquitarse de todos los hombres (inclusive de su padre), desencadeno lo sucedido con el verdadero ladrón. En realidad, podemos afirmar que lo que Borges quiere contarnos en el trasfondo de todo esto es, en esencia, la historia secreta, por lo que ya no es importante la verdad sobre el crimen, o sobre la muerte de Emanuel; sino más bien, los causantes y los móviles de Emma al concretar sus planes.

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